Aventurarse a seguir el camino de la vocación que cada uno tenemos es dejarse amar por Dios que lo hace a través de las personas. Ves cómo tus inseguridades y dudas desaparecen ante el amor de Dios.
Cuando estás en momento de búsqueda de la verdad, de algo que te inquieta, te encuentras con que hay personas que te acogen y te enseñan con el fin de que llegues a tu destino de encontrarte con el Señor. Y que por este encuentro con el Señor, es por lo que me siento enviado a coger este relevo de seguir ejerciendo la misericordia, para acoger a los demás que están perdidos, o simplemente en busca, y orientar, enseñar en su camino.